Ahora cuando miro el espejo veo uno que otro cabello gris y se empiezan a asomar unas líneas entre los ojos. Líneas que hablan de experiencias, de llanto y de risas.
Ahora cuando miro al espejo la piel habla de años.
Con los años, no sólo lo que veo en el espejo es diferente, también la interpretación de la vida ha evolucionado. Valoro más lo que tengo y he aprendido a dejar ir todo lo demás.