Hoy extrañé ese fantasma que me he creado para reemplazar los huecos que dejaste en mi vida al crecer. Sigo pensando que fuiste y serás mi modelo a no seguir en la manera en que uno debe a tratar a los seres queridos. Me hiciste falta, me haces falta, pero no tu verdarero tú, sino el fantasma que si escucha, el fantasma que siempre esta ahí para apoyarme y darme un consejo. Aprendí a vivir mi vida adulta así, haciendo a un lado los malos ejemplos, apartando de mi camino las ideas que resultaron en dolorosas consecuencias. Aún me quedan dudas, momentos donde no logro llegar a entender cuál es la decisión correcta o la menos difícil; y en esos momentos, también noto tu ausencia.
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