Me siento lejos

Me siento lejos de mis objetivos y lejos de mis ideales.
No porque no lo he intentado, tal vez lo intenté demasiado.

En la búsqueda de lo sublime y de lo perfecto, me sigo dando topes contra la pared. Tan lejos de poder ayudar a mi país, tan lejos de establecer mi carrera independiente, tan lejos de sentir mi cultura a mi alrededor y a la vez tan lejos de poder acogerme en un cultura que no es la mía.

Cruda emocional

Creo que no es el primer año que me pasa que despierto en un noviembre 7 con cruda emocional. Se me notan más las ojeras, y me quedan dudas y preguntas sobre aspectos olvidados de mi vida. Eso me pasa cuando en noviembre 6 me encuentro en un estado de hiperactividad, y recibo una sobreestimulación emocional, y al final del día me quedo casi vacía.

Una noche no me alcanza para recuperarme. Lo bueno que casi es fin de semana.

Nueva etapa

Me llega ese olor a noviembre, los árboles perdiendo sus hojas con un fresco olor. 

Es el primer otoño de una nueva etapa de mi vida, en la que me esperan nuevas aventuras. Altibajos emocionales se avecinan, pero también empezaré a conocer a una personita que he imaginado y soñado desde hace ya muchos años. Me parece increíble que dentro de mi este creciendo una nueva vida.

Son muchos cambios y muchas responsabilidades, y a veces me da un poco de miedo, sobre todo a equivocarme. Sé que pondré todo lo que tengo, para que esta personita especial (que ahora siento moverse con alegría) se desarrolle plenamente. No tengo expectativas muy específicas, en general quiero vivir y compartir la vida. Verla crecer y aprender. ¡Qué ilusión me da redescubrir el mundo a través de sus ojos!