Conociendo a una chica extranjera, compartíamos las diferencias y similitudes entre nuestros países de origen, ambos en Latinoamérica. Ella es una mujer muy interesante, de esas mujeres que por bonitas te da la impresión que saben muy poco de la vida, pero fue una sorpresa agradable ver la amplitud de pensamiento y la elocuencia que hay en sus palabras.
Son historias refrescantes las que uno escucha cuando abre sus oídos, palabras que marcan el alma a su paso, preguntas que se escriben en la mente de quien sea, historias que se escriben en el libro de una mexicana o de una brasileña. Mujeres al fin y al cabo. Las dos sentadas en el pasto, con la vista al horizonte, objetivos muy similares. Momentos de esos que se congelan en la mente. Fue sólo la primera charla y en mi cabeza se escribe otra pregunta, ¿Podré llamarla amiga algún día?
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