Con las maletas llenas por dos meses, llenas de ilusiones y de esperanza. Con esas maletas llego por fin a mi hogar numero 16. En esta ocasión una casa para huéspedes. Es lo que me ayudaron a conseguir en la escuela donde me dieron el puesto tan esperado. Al abrir las puertas del pequeño departamento estaba más que feliz. Mis ilusiones fueron liberadas de esas maletas y fueron convertidas en realidad. Los muebles destinados a objetos personales quedaron medio vacíos cuando terminé de desempacar (después de todo el precio por transportar extra-peso en un vuelo transatlántico no es muy accesible) pero no puedo esperar a llenar todos esos espacios con todas las aventuras que me están esperando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario