He visto las oportunidades ir y venir. Trenes en una estación. Si me subo a uno de ellos pierdo la oportunidad de tomar el siguiente, y si no me subo, puede que ese tren no vuelva a pasar. Así es en la vida.
No todas las oportunidades se pueden clasificar como buenas o malas. Algunas cosas no son negras o blancas, sino grises, en distintas tonalidades.
Cerrar los ojos y tratar de sentir en lugar de razonar, mi mente tiene mucho mas que un capitán. Me gustaría llamarlo corazón, pero ese músculo mío palpita irregular.
Desde mi ventana puedo ver trenes que vienen y van; algunos se retrasan, otros nunca llegarán.
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