Cuando los oídos son sordos y mis cuerdas vocales no pueden producir sonido, recurro a la escritura. Es por medio de estas letras que quiero plasmar mis recuerdos y mis pensamientos. Acomodarlos de manera que pueda entenderlos mejor. Dejarlos guardados de manera que algún día pueda volver y encontrarme con esos sentimientos e ideas que me mueven a ser lo que soy y a hacer lo que hago.
Algunas veces, escarbando o por casualidad, me encuentro dudas. La mayoría de las veces prefiero dejarlas ahí medio escondidas y enfocarme en las cosas mas bellas que hay en la vida. Hasta que un día, llega alguna traviesa experiencia y abre la cajita de Pandora. La confusión se apodera de mi cuerpo, me duele el estómago, pierdo el apetito y me visitan las lágrimas.
No quisiera vivir reprimida, no quisiera que mi libertad se viera robada. Sé que no se puede tener todo en la vida, y que la vida nos presenta con muchas opciones y con una gama de colores. Pero algunas preguntas sólo me ofrecen respuestas que duelen, y algunas veces habrá que decidirse por aquella que duela menos.
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