Morfeo

En mi cabeza los planes y las ideas han formado parejas

Van abrazadas y han dado vueltas por todo el lugar.

Los sueños y los miedos se han encontrado y mirado

Y al no ser de su agrado se han disgustado y dejado de hablar.

 

Mi mente flanqueada entre preguntas, risas y ciencia.

Mi cuerpo tan limitado, tan frágil, tan humano;

La sangre corre, los nervios vuelan, el corazón brinca;

Pero los motivos y la energía van mano a mano.

 

Pasan los segundos, pasan los minutos, pasa el tiempo.

Y mientras algo en mi pecho se note diferente,

Tómame en tus brazos mi Morfeo, y en silencio

Amando por instantes, estando a  oscuras no me sueltes.

Piezas de rompecabezas

A veces me da la impresión de ser una pieza de un rompecabezas. Una pieza consciente, y como tal cambiante, pero pieza de rompecabezas al fin y al cabo. Y digo pieza de rompecabezas porque como tal, me pasa mucho que por más que intento meterme entre algunas otras piezas, simplemente no encajo. Me siento como fuera de lugar, como perdida. Otras pocas ocasiones, (cuando menos lo espero casi siempre) simplemente embono a la perfección.
Desconozco hasta el momento cuántos lados tengo y con esto cuántas oportunidades de embonar. Desconozco el tamaño del cuadro final, la posición que me toca tomar y el aspecto que éste tendra. Es como caminar a ciegas siendo lo único que me guía mi propia consciencia y el sentido de pertenencia o impertinencia. Desconozco si estas cuestiones seran algo que me importará hasta el final del camino. Por ahora no me queda mas opción que seguir intentando.

Luna

Anoche vi a la luna
blanca y solitaria
se escondía tras las nubes
nerviosa y apenada.
Luna bella, fiel testigo
ves historias de madrugada

y las noches que te ausentas

las lloras en tu almohada.
Anoche vi la luna
pero no me dijo nada
estaba sola en el cielo
seria, y me observaba.
Luna clara, me conoces
desde siempre has estado
se que no lees las mentes
pero has visto mi pasado.
Dime luna, dime algo
tu qué piensas, ¿yo que hago?
dime luna ¿tu qué has visto?
dime luna ¿ya qué hago?

Preguntas en la mente de quien sea

Hace unos tres meses platicando con un amigo, fuimos a parar sin darnos cuenta al tema del significado de la vida. De pronto, no se cómo asaltó mi mente una idea.

Contemplando lo contemplable pude recordar como los átomos tan pequeños se incorporan de forma compleja hasta llegar a ser una célula. Una célula que sin más ni más tiene vida. No conforme con eso, las células se agrupan inexplicablemente para formar un ser complejo, como el humano. Y si comparamos el tamaño de un humano al de la Tierra, ¿Qué somos? Tal vez como un simple grano de arena en el mar. Y ¿qué es la Tierra en perspectiva con el Universo? ¿Qué tal si todo lo que conocemos es tan solo como un pequeño átomo de toda una infinidad que nos falta por conocer?

Una sensación de vacío se posesionó de mi ser cuando esta idea tomo cabida en mi cabeza. Creo que aún esa sensación de vacío regresa a mi cuerpo cada vez que esa idea regresa en el vaivén de las olas de mi mente.

Se que a algunas personas poco les importa este tipo de ideas. Pero he conocido a algunos otros que esa misma idea o alguna otra parecida les hace aparición en la consciencia de vez en cuando. Cuando logro hacer conexión con ese tipo de personas, de esa misma manera, es cuando siento que la carga de tener consciencia es mucho más ligera. Y al final ¿qué es la consciencia?

Se que hay muchas cosas que pasan en mi vida que son mucho más simples, y aun así soy incapaz de entenderlas. Ponerme a pensar en preguntas universales es como querer darme un lujo que el dinero de mis ideas y de mi mente finita no puede pagar.

Cuando las paredes hablan

Ayer volví a cambiarme de casa. Esta es la número 13 que registra mi memoria. Al terminar de empacar y sacar todas mis cosas del departamento volví para checar si no olvidaba nada. Y si, había muchos recuerdos grabados en las paredes y en los muebles que de alguna manera no pude empacar entre mis cosas, seguían allí entre esas cuatro paredes. Al salir del departamento; el balcón, las escaleras y hasta las ventanas susurraron palabras al oído de mi corazón. Fueron solo 4 meses, pero vividos tan intensamente.
Me pregunto cuántas historias mas no podrían contarme esas cuatro paredes. Paredes que son mudas para todos, menos para los escritores de la historia.

Tras la ventana

Con mi ojos fijos hacia la ventana
afuera llueve, adentro también.

Con mis ojos puestos en la esperanza
de escuchar y ver de vez en vez.
De ventana en ventana
se asoma el recuerdo y el deseo
y la sombra del mañana
me hace abrir la cortina del anhelo.

Tal vez en la ventana siguiente

logre ver claramente,

tal vez aunque este ausente

siga presente en la mente.

Y así, de ventana en ventana,
de recuerdos en goteros;
la melodía del mañana
hace eco en mis sueños.

Espera

Esperando ... en un aeropuerto ... en el mismo aeropuerto en el que me despedi de aquel chico.
Tantas preguntas se arremolinan en mi cabeza.
¿Que es lo que vale la pena? Siendo esta vida tan corta y el tiempo tan largo.
En el mar de mi mente van y vienen las ideas, los pensamientos, los recuerdos.
Estoy sola con mi cabeza. Creo que me vuelve medio loca.
Mi corazón grita en un lenguaje que mi cabeza no habla, y mi cabeza quiero callarlo pero mi corazón no le entiende.
Y el tiempo sigue transcurriendo.